Frente oriental (enero de 1945 – abril de 1945)


Con los Balcanes y la mayor parte de Hungría limpias de tropas Alemanas a últimos de diciembre de 1944, los soviéticos comenzaron un redespliegue masivo de sus fuerzas hacia Polonia para su inminente ofensiva de Invierno. Las preparaciones soviéticas todavía estaban en marcha, cuando Churchill le pidió a Stalin que lanzase su ofensiva tan pronto como fuera posible para aliviar la presión Alemana en el Oeste. Stalin accedió y la ofensiva fue dispuesta para el 12 de enero de 1945. Los ejércitos de Konev atacaron a los alemanes en el sur de Polonia y se expandieron desde su cabeza de puente en el Río Vístula cerca de Sandomierz. El 14 de enero, los ejércitos de Rokossovsky atacaron desde el Río Narew al norte de Varsovia. Los ejércitos de Zhúkov, situados en el centro, atacaron desde sus cabezas de puente cerca de Varsovia. La ofensiva combinada Soviética rompió las defensas que cubrían Prusia Oriental, dejando el frente Alemán en un completo caos.

Zhúkov tomó Varsovia el 17 de enero, y para el 19 de enero, sus tanques tomaron Łódź. Ese mismo día, las fuerzas de Konev alcanzaron la frontera Alemana anterior a la guerra. Al final de la primera semana de la ofensiva, los soviéticos habían penetrado 160 kilómetros en profundidad, en un frente que tenía 650 kilómetros de ancho. La apisonadora Soviética se paró finalmente en el Río Óder al final de enero, a sólo 60 kilómetros de Berlín.

Los soviéticos habían esperado capturar Berlín para mediados de febrero, pero resultó una previsión demasiado optimista. La resistencia alemana que casi se había colapsado en la fase inicial del ataque, se había había endurecido tremendamente. Las líneas soviéticas de suministro estaban sobre extendidas y la disciplina entre las tropas Soviéticas en el momento que fueron lanzadas sobre suelo alemán se colapsó. El deshielo de primavera, la falta de apoyo aéreo, y el miedo a ser rodeados a través de ataques de flanco desde Prusia Oriental, Pomerania y Silesia, condujo a un alto general de la ofensiva soviética. El recién creado Grupo de Ejército Vístula, bajo el mando de Heinrich Himmler, intentó un contraataque en el flanco expuesto del Ejército Soviético pero había fallado para el 24 de febrero. Esto hizo que Zhúkov tuviese claro que el flanco tenía que ser asegurado antes que pudiese montarse cualquier ataque sobre Berlín. Los soviéticos reorganizaron entonces sus fuerzas y golpearon hacia el norte, limpiando Pomerania, y después atacaron hacia el sur y limpiaron Silesia de tropas alemanas. En el sur, tres intentos alemanes de liberar la asediada guarnición de Budapest fallaron, y la ciudad cayó ante los soviéticos el 13 de febrero. Los alemanes contraatacaron otra vez; Hitler insistía en la tarea imposible de recuperar el Río Danubio. El 16 de marzo, el ataque había fallado, y el Ejército Rojo contraatacó ese mismo día. El 30 de marzo, entraron en Austria y capturaron Viena el 13 de abril.

Hitler creía que el objetivo principal para la inminente ofensiva Soviética sería en el sur cerca de Praga, y no Berlín, y había enviado las últimas reservas Alemanas a defender en ese sector. El principal objetivo del Ejército Rojo era realmente Berlín y para el 16 de abril estaba listo para comenzar su asalto final sobre Berlín. Las fuerzas de Zhukov golpearon por el centro y cruzaron el río Óder pero quedaron detenidas debido a la desesperada resistencia Alemana en las Alturas Seelow. Después de tres días de lucha muy dura y de 33.000 soldados soviéticos muertos,[40] se penetraron las últimas defensas de Berlín. Konev cruzó el río Óder desde el Sur y se encontró que podía atacar Berlín pero Stalin le ordenó a Konev que guardase los flancos de las fuerzas de Zhúkov y que no atacase Berlín. Las fuerzas de Rokossovskiy cruzaron el Óder por el norte y enlazaron con las fuerzas del Mariscal de Campo Bernard Montgomery en el norte de Alemania mientras que las fuerzas de Zhúkov y Konev capturaban Berlín.

Para el 24 de abril, los grupos de ejército soviéticos habían rodeado al 9º Ejército Alemán y a parte del 4º Ejército Panzer. Estas eran las principales fuerzas que supuestamente tenían que defender Berlín, pero Hitler había dado órdenes a estas fuerzas que aguantasen donde estaban y que no retrocediesen. Así que las principales fuerzas Alemanas que supuestamente debían defender Berlín, estaban atrapadas al sureste de la ciudad. Berlín fue rodeada más o menos en este momento, y como esfuerzo de resistencia final, Hitler llamó a los civiles, incluyendo a los adolescentes y ancianos, a que luchasen en la milicia Volkssturm, contra el Ejército Rojo que se estaba aproximando. Estas fuerzas marginales fueron aumentadas con los vapuleados restos alemanes que habían luchado contra los soviéticos en las Alturas Seelow. Hitler le ordenó al cercado 9º Ejército, que rompiese el cerco y que enlazase con el 12º Ejército del General Walther Wenck y que liberase Berlín. Una tarea imposible, las unidades supervivientes del 9º Ejército fueron conducidas hacia los bosques que rodeaban Berlín, cerca del pueblo de Halbe, donde estuvieron envueltos en una lucha particularmente dura, tratando de romper las líneas Soviéticas y de alcanzar al 12º Ejército. Una minoría consiguió unirse al 12º Ejército y dirigirse peleando hacia el oeste, para rendirse a los estadounidenses. Mientras tanto, la durísima lucha urbana continuaba en Berlín. Los alemanes habían almacenado una gran cantidad de panzerfausts, y consiguieron destruir una gran cantidad de tanques soviéticos en las calles llenas de escombros de Berlín. Sin embargo, los soviéticos emplearon las lecciones que habían aprendido en la lucha urbana en Stalingrado, y fueron avanzando lentamente hacia el centro de la ciudad. La fuerzas Alemanas en la ciudad resistieron tenazmente, en particular la unidad SS Nordland, que estaba compuesta de voluntarios SS extranjeros, porque estaban muy motivados ideológicamente y creían que no vivirían si eran capturados. La lucha fue casa por casa y cuerpo a cuerpo. Los soviéticos tuvieron 360.000 bajas; los alemanes 450.000 bajas incluyendo civiles, y además 170.000 capturados. Hitler y su personal se trasladaron al Führerbunker, un bunquer de hormigón debajo de la Cancillería, donde se suicidó el 30 de abril de 1945, junto a Eva Braun, con la que había contraído matrimonio unas horas antes.

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